¿CÓMO SABER MÁS SOBRE CERVEZA? TERAPIA INMERSIVA PARTE 2

2–3 minutos

Por cuestiones del azar y de las coincidencias, un fin de semana de clase se cruzaba con otro evento. Para mi sorpresa, el curso también se desarrollaba en Bello. La ventaja era que Bogotá iba un fin de semana adelantado. Ello, daba la posibilidad de viajar para asistir a las clases que iba a faltar. Perfecto plan. Los profesores me dieron luz verde. Así que agendé, compré tiquetes y aseguré un hotel cerca al lugar de las clases.

Las primeras sesiones estaban cargadas de estimulación sensorial. Posiblemente, es lo más importante antes de elaborar una cerveza. Sí. Las claves: fíjate qué agua usas y para qué estilo la quieres; fíjate en la calidad de la malta, a partir de su olor; fíjate si los pelets tienen algún aroma específico; fíjate qué levadura usas. En este arte, no se trata de encontrar los primeros cuatro ingredientes y unirlos. Cada uno debe ir en fila y en congruencia para, que al final, se pueda llegar al estilo deseado. Hasta las lámbicas siguen este paso, o algo así.

Tener los términos y condiciones dados se presta para empezar a imaginarse montones de combinaciones. Estructurar una receta y entender la función de los elementos dan una visión frente a lo que se quiere. Luego de las bases, seguimos con los sabores y olores no deseados. Cambia la percepción. Determinar a detalle qué va y qué no es una cerveza transforma el gusto porque anticipa y da más categoría a cada sorbo. Ponerles nombre a los olfatos crea un espectro nuevo. Cada sentido empieza a actuar en simultánea. Es una locura.

El siguiente paso era probar estilos. Cervezas que declaraban que siguieron los pasos para hacer un estilo determinado. Dentro de las variaciones que cada una de las muestras presenta, todas deber confluir en las descripción precisas de su clase. La metodología fue empezar por los ejemplares más suaves e ir incrementando. Dentro del rigor, se puede entender la guía BJCP. Asimismo, es la mejor manera organizada para retroalimentar. Siempre, siempre entre cerveceros se ayudan. Por eso se crean eventos cuyo fin es retroalimentar muestras. Y así fue cómo el curso unió diferentes experiencias para al final empezar a determinar, a través de los sentidos, si una muestra era o no lo que decía en la etiqueta.

Cada sesión, tanto en Bogotá como en Bello, fueron momentos clave para comprender y ahondar más el hecho cervecero. El ambiente entre productores a gran escala, pequeña escala y aficionados, complementan el conocimiento. Pero lo más importante fue que sin saberlo o necesitarlo, pude encontrar más razones para encariñarme más con el líquido a base de malta y pude conocer el panorama tan amplio que esta bebida ofrece. Necesitaba saber sobre, fenoles, ésteres, alfa- ácidos, beta ácidos, ph, astringencia, retrogusto, maltas caramelo, en fin: necesitaba saber más sobre lo que me gusta tomar y seguramente, seguiré tomando toda mi vida.