Esto va para los cerveceros soñadores

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Esto va para los cerveceros soñadores. Aquellos que se preocupan por ofrecer un producto prolijo. Si apuntan sus metas para llegar a lo más alto, no dejen de les corten ese impulso. No dejen que un día les cancelen esas ganas de inundar las ciudades con su líquido. Cuando la adversidad llega de manera impredecible, queda por entender el problema para poder generar nuevas oportunidades. Nuevos caminos que se puedan abrir. Si la meta está lejos o cerca, lo más importante es ir paso a paso día a día.

Cuando te levantas y lo primero que ves es tu fermentador, tu planta, tu cerveza y te sale una sonrisa, ahí es. No importa qué pase allá afuera, pones siempre tu corazón ahí adentro. Siempre a la espera del producto final: la cerveza. Sé que pega al ánimo, sé que pega la ilusión de darse a conocer y sé que no es fácil aceptar el golpe tan repentino. Los gastos logísticos, las horas de elaboración, las proyecciones de ventas y la exposición de marca… todo desvanecido en un abrir y cerrar de ojos. Pero NO. La responsabilidad como consumidores radica en apoyar con las herramientas que tengamos. Sea comprando, difundiendo o creando cultura cervecera.

Cuando pruebo una cerveza, puedo entender el sueño de alguien el cual diseño un proyecto repleto de pasión. Y no hay nada más gratificante que ver mes a mes como las cervecerías crecen, se adaptan y avanzan. En cada proyecto hay ciencia, familia, dedicación y exigencia. La lata o la botella solo muestran un pedazo de todo lo que está detrás. Espacios esterilizados cuidadosamente dispuestos para crear una experiencia. La cerveza artesanal siempre unirá más, acobijará más el paladar y nos dará la satisfacción de siempre estar probando estilos nuevos. Mezclas, adiciones, dulces, saldas, amargas y ácidas. Pero ahora tenemos en nuestras manos la decisión. Es el momento de coger las riendas para definir el camino. Nadie puede medir la tenacidad, nadie puede calcular la magnitud de lo que podemos hacer entre cerveceros, difusores y consumidores. No hay vuelta de página. Apoyemos cada proyecto con la misma determinación con la que nos tomamos una cerveza. Probemos de cada batch una copa. Siempre hay una oportunidad para conocer estilos nuevos. Lleva a un amigo, muéstrale lo que se esta perdiendo. Muéstrale que el mundo es tan variado que cada cervecería es un mundo distinto. Pero que todos comparten el mismo sueño. No dejemos que solo se quede en un sueño.